02 agosto, 2019

En silencio

Me gusta fumar a escondidas, aunque no tenga de quien hacerlo y robar un pedazito de mantecol de la heladera en silencio para que nadie me escuche, aunque no haya nadie para encontrarme.
Espiar el cuarto vacío para asegurarme que las cortinas no dejaran pasar el sol al amanecer, aunque no haya quién se despierte por ello.
Abrazar mi costado vacío de la cama aunque mi mano solo encuentre el mismo almohadón que encaja cada segundo en ese mismo rincón.
Preparar el cafe para mañana así los ruidos no despiertan a mi reloj que seguirá sonando unos minutos más hasta despertar de ese sueño en el que no estoy sola.
Y apagar la luz aunque no venga el sueño para que la casa descanse de tanta luz de verano.
Y al fin cierro los ojos, y apago la realidad poco a poco, hasta que sin advertirlo entro en ese mundo incierto e imprevisible de los sueños, dispuesta a recrear en ellos algún lugar de añoranza.

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